jueves, 23 de octubre de 2008

Observando

El sistema de valores de los unos y otros es variopinto. Perdono al bruto por bruto. Pero me cuesta y mucho perdonar a las almas pulidas por decenas de años sentadas en bancos de clases que dan supuestamente altura a sus pensamientos y calidad humana.
Rascando un poco, y muy poco la capa de barniz adquirida en parte en el Corte Ingles, gracias a Papa, y en parte en la Universidad, uno se puede encontrar con lo peorcito del genero humano. Su filosofía podría resumirse en "Yo, mi ombligo y mi culo(sinónimo de coño),o mi pene según el caso".
Ciertamente me previnieron de la existencia de este tipo de energumenos, pero creía tener una intuición infalible, y no lo es. (Miento, en el caso concreto al que me refiero, mi primera impresión fue la correcta).
También por largos periodos en mi vida, fui lo mas parecido a ellos. Sucesos me distanciaron de este camino, tomé conciencia, y volví a mis valores iniciales.(Este texto adquiere su real sentido con esta confesión)
No creo en los castigos divinos, ya que vivimos en un mundo en lo que predomina es el azar, pero me gustaría verlos arder en el infierno.
La calidad humana, no pertenece a ninguna clase social ni nivel cultural, como parecen pretender los colegios de Pedralbes, pertenece a seres con una percepción mas aguda de lo humano. O mejor dicho, la inteligencia (¿debo añadir emocional?) no pertenece a ninguna clase social o nivel cultural, haya sido esta trabajada/desarrollada en las escuelas o no.
Todo esto es por lo menos muy evidente, pero necesitaba decirlo. Todavía me cuesta digerir ciertas actitudes de personas que en algún momento aprecié.


Y cambiando de tema y volviendo a las personas con alma, Luciana Souza y Pablo Neruda.

1 comentario:

safrika señorita dijo...

Enfoca la vista allí donde la cosa no se meriende tus retinas, amigo.

Y te he dejado una respuesta en tu comentario de hoy. Gracias.