martes, 8 de abril de 2008

Historias vulgares de antes de convertirme en Major Tom

Hace algo mas que algunos meses y antes de mis primeros viajes al espacio, confiaba en un pequeño ser, que algunos años antes, me había prometido amor eterno.
Siempre desconfié de las declaraciones demasiado apasionadas e incondicionales.
Sinceras o no, son producto de mentes que no miden el efecto que pueden tener sobre otros. Son en definitiva una falta de respeto al otro cuando no se esta seguro de cumplir con ellas. Considero que las promesas son hechas al otro y a uno mismo.

Y dejando-me de tonterías, la verdad como dice Amy es que el amor es un juego en que se pierde siempre. Que pena.



Hoy, en serio y en broma a la vez Inglia440 me ha vuelto a decir que me quiere. Casi nadie entiende como tu que "follar, es una promesa de amor",y también por eso, mi tierna Inglia440, mi amor, yo también te quiero, quizás tan limpiamente como Jean Marc Barr a las sirenas. Me alegro de poder hacerlo.
Major Tom

1 comentario:

Anónimo dijo...

Quizás si no hubieras desconfiado todo hubiera ido mejor. Quizás no era lo que necesitabas ( evidentemente no era lo que querías)